16 abr 2010

Terapia por fecundación in vitro.


Científicos de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, han demostrado que es posible al crear embriones humanos viables a partir de material genético de dos mujeres y un hombre. La prueba de concepto se publica en el último número de la revista «Nature». Si cambia la legislación, el nuevo procedimiento podría estar disponible en tres años en las clínicas de reproducción asistida.
La técnica está pensada para evitar la transmisión de enfermedades mitocondriales, un grupo de 150 patologías no muy frecuentes, pero sí devastadoras. Causan demencia, ceguera, daños en el sistema nervioso y en órganos vitales como el corazón y los riñones. Se transmiten por vía materna, a través del ADN que hay en las mitocondrias, fuera del núcleo del óvulo.
Estas estructuras están en todas las células del organismo, excepto en la sangre. Las mitocondrias se encargan de producir la energía necesaria para vivir. Una característica única de las mitocondrias es que tienen su propio ADN, procedente de la madre.
Para evitar la transmisión de ese ADN que puede portar la enfermedad, la técnica realiza un «trasplante de mitocondria» al embrión.Tras una fecundación «in vitro», se extraen los núcleos del espermatozoide del padre y el óvulo de la madre, que contienen ADN de los padres y se dejan atrás las mitocondrias defectuosas. Los núcleos se implantan posteriormente en el óvulo de una mujer sana al que se le ha despojado su núcleo y conserva sus mitocondrias.

Cambiar la batería
«Lo que hacemos es como cambiar la batería de un ordenador. Con el aporte de energía necesario funciona correctamente y la información del disco duro no se cambia», explica Doug Turnbull, responsable de la investigación.
Las mitocondrias no llevan información genética que defina las características de una persona. De manera que los bebés que nazcan por este procedimiento se parecerán a sus padres «reales». En su concepción tuvieron elementos genéticos de tres personas, pero sólo el ADN nuclear de sus padres tendrá influencia en su apariencia física y otras características.
Con este procedimiento, se han creado 80 embriones viables que no se implantaron en ninguna mujer. Se mantuvieron con vida en el laboratorio durante ocho días, hasta que alcanzaron el estadio de blastocisto. Entonces fueron destruidos, como marca la legislación británica.
La técnica no deja de ser polémica porque supone la manipulación del embrión y contiene genes de tres progenitores: el de los padres más un pequeño plus de ADN mitocondrial de la donante.

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