Virgin Galactic, de la mano de su millonario propietario, sir Richard Branson, estrenará este lunes en el desierto californiano de Mojave la primera nave espacial comercial, ideada para aquellos que puedan pagar 125.000 libras esterlinas (unos 200.000 dólares) por un viaje al espacio exterior. El proyecto estará finalizado para el 2012, fecha en la que los 300 pasajeros que ya han comprado su billete irán al espacio. Sin embargo Fredrick Engstrom, director de lanzaderas de la ESA entre 1994 y 2001 y coautor de un artículo con ese título publicado recientemente en Space News, lamenta ofender a los soñadores. Pero, según él, vivir la experiencia de los astronautas sólo estará al alcance de un puñado de multimillonarios, al menos en un futuro cercano. "Estamos atrapados en un agujero gravitatorio y salir de él es muy complicado", afirma.

Vendedores de sueños
Pese a las dificultades evidentes del negocio, varios turoperadores espaciales aseguran que ya han empezado a captar clientes ávidos de aventura. Dos ejemplos: Virgin Galactic planea llevar al espacio a sus primeros turistas en 2012 y la compañía española Galactic Suite asegura que ese mismo año abrirá un hotel en órbita.
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