El hallazgo, que cuenta con la participación del IAC, sugiere que hay más agua de la que se pensaba en la región interna del Sistema Solar y aporta nuevas evidencias a la teoría que postula que el agua llegó a la Tierra a través del impacto de asteroides y cometas.
65 Cybele es el segundo asteroide en el que se ha detectado agua helada, después de que el mismo equipo hallara este elemento en la superficie de 24 Themis a principios de este año.
Quienes defienden que el agua llegó a la Tierra a través de asteroides helados y cometas que chocaron contra el planeta tienen una nueva evidencia con la que trabajar. Un equipo, con la participación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha hallado pequeñas cantidades de agua helada y sustancias orgánicas complejas en la superficie del asteroide 65 Cybele. Cybele es el segundo objeto de estas características observado en el cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter, tras el descubrimiento de hielo de agua y orgánicos en la superficie de 24 Themis el pasado mes de abril.
La presencia de estos materiales en sendos asteroides, observados por el mismo equipo, sugiere además que los cuerpos que están en la región interna del Sistema Solar (a distancias menores que la distancia a Júpiter) contienen más agua de lo que se pensaba hasta el momento. Las conclusiones del trabajo aparecen publicadas en Astronomy & Astrophysics.
A unas 3,4 unidades astronómicas (UA - 1 UA es la distancia media entre el Sol y la Tierra, unos 150 millones de km), el anillo de asteroides entre Marte y Júpiter está compuesto de material que nunca llegó a acumularse para formar un planeta debido a las perturbaciones gravitatorias que ejerce Júpiter sobre esa zona. Los cuerpos, asteroides en su mayor parte, tienen una composición muy diversa (desde arcillas a minerales como feldespatos y metales como hierro y níquel) a la que hay que añadir agua y moléculas orgánicas. “Al igual que 24 Themis, 65 Cybele está cubierto por una capa fina y granulada de silicatos anhídridos mezclados con pequeñas cantidades de hielo de agua y sustancias orgánicas complejas”, explica el investigador del IAC, Javier Licandro, primer autor del estudio.
Por su composición, 65 Cybele forma parte de la categoría de asteroides primitivos. “Los silicatos que lo forman no han sido modificados significativamente desde el inicio del Sistema Solar”, apunta el astrofísico.
Más agua en el Sistema Solar, ¿posible origen de la vida en La Tierra?
El trabajo aporta nuevas pruebas para demostrar hipótesis que lanzaron en su anterior estudio, publicado en dos artículos en la revista Nature el pasado mes de abril. La existencia de agua helada tanto en 65 Cybele como en 24 Themis, unido al hecho de que se encuentren en la misma región, sugiere que Sistema Solar contiene más agua de lo que se estimaba.
“Se ha detectado agua en casi todos los cuerpos que hay a partir de Júpiter. Lo particular del hallazgo es que se ha encontrado hielo a una distancia relativamente próxima a nuestro planeta, unas tres unidades astronómicas. Pero, sin duda, lo relevante es que se ha detectado agua en asteroides”, señala el investigador del IAC. Y añade: “Conocíamos que Ceres, también ubicado en el Cinturón de Asteroides, tiene agua en el interior. Pero Ceres es un cuerpo atípico, un planeta enano, que ha sobrevivido con la misma forma que tenía hace más de 4.000 millones de años”.
El hallazgo de hielo de agua y de orgánicos en la superficie de 65 Cybele y 24 Thermis es el principio de la que puede ser una larga lista de asteroides con presencia de agua helada en su superficie. “Es muy probable que un gran número de los miles y miles de asteroides que están a más de tres unidades astronómicas de la Tierra tengan hielo de agua, por lo que es de esperar que se descubran muchos más con un contenido significativo de agua y orgánicos en sus superficies”, subraya el investigador del IAC.
Además de agua, sendos asteroides albergan en su composición compuestos que parecen corresponderse con moléculas complejas de orgánicos, tanto aromáticos como alifácticos. “La existencia de agua en los asteroides, unido a los componentes orgánicos sugiere que buena parte del agua y de los elementos orgánicos terrestres provienen de asteroides que han chocado con la Tierra. Se trata de los pilares sobre los que se construyó la vida en nuestro planeta”, concluye Licandro.
65 Cybele es el segundo asteroide en el que se ha detectado agua helada, después de que el mismo equipo hallara este elemento en la superficie de 24 Themis a principios de este año.
Quienes defienden que el agua llegó a la Tierra a través de asteroides helados y cometas que chocaron contra el planeta tienen una nueva evidencia con la que trabajar. Un equipo, con la participación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha hallado pequeñas cantidades de agua helada y sustancias orgánicas complejas en la superficie del asteroide 65 Cybele. Cybele es el segundo objeto de estas características observado en el cinturón de asteroides ubicado entre Marte y Júpiter, tras el descubrimiento de hielo de agua y orgánicos en la superficie de 24 Themis el pasado mes de abril.
La presencia de estos materiales en sendos asteroides, observados por el mismo equipo, sugiere además que los cuerpos que están en la región interna del Sistema Solar (a distancias menores que la distancia a Júpiter) contienen más agua de lo que se pensaba hasta el momento. Las conclusiones del trabajo aparecen publicadas en Astronomy & Astrophysics.
A unas 3,4 unidades astronómicas (UA - 1 UA es la distancia media entre el Sol y la Tierra, unos 150 millones de km), el anillo de asteroides entre Marte y Júpiter está compuesto de material que nunca llegó a acumularse para formar un planeta debido a las perturbaciones gravitatorias que ejerce Júpiter sobre esa zona. Los cuerpos, asteroides en su mayor parte, tienen una composición muy diversa (desde arcillas a minerales como feldespatos y metales como hierro y níquel) a la que hay que añadir agua y moléculas orgánicas. “Al igual que 24 Themis, 65 Cybele está cubierto por una capa fina y granulada de silicatos anhídridos mezclados con pequeñas cantidades de hielo de agua y sustancias orgánicas complejas”, explica el investigador del IAC, Javier Licandro, primer autor del estudio.
Por su composición, 65 Cybele forma parte de la categoría de asteroides primitivos. “Los silicatos que lo forman no han sido modificados significativamente desde el inicio del Sistema Solar”, apunta el astrofísico.
Más agua en el Sistema Solar, ¿posible origen de la vida en La Tierra?
El trabajo aporta nuevas pruebas para demostrar hipótesis que lanzaron en su anterior estudio, publicado en dos artículos en la revista Nature el pasado mes de abril. La existencia de agua helada tanto en 65 Cybele como en 24 Themis, unido al hecho de que se encuentren en la misma región, sugiere que Sistema Solar contiene más agua de lo que se estimaba.
“Se ha detectado agua en casi todos los cuerpos que hay a partir de Júpiter. Lo particular del hallazgo es que se ha encontrado hielo a una distancia relativamente próxima a nuestro planeta, unas tres unidades astronómicas. Pero, sin duda, lo relevante es que se ha detectado agua en asteroides”, señala el investigador del IAC. Y añade: “Conocíamos que Ceres, también ubicado en el Cinturón de Asteroides, tiene agua en el interior. Pero Ceres es un cuerpo atípico, un planeta enano, que ha sobrevivido con la misma forma que tenía hace más de 4.000 millones de años”.
El hallazgo de hielo de agua y de orgánicos en la superficie de 65 Cybele y 24 Thermis es el principio de la que puede ser una larga lista de asteroides con presencia de agua helada en su superficie. “Es muy probable que un gran número de los miles y miles de asteroides que están a más de tres unidades astronómicas de la Tierra tengan hielo de agua, por lo que es de esperar que se descubran muchos más con un contenido significativo de agua y orgánicos en sus superficies”, subraya el investigador del IAC.
Además de agua, sendos asteroides albergan en su composición compuestos que parecen corresponderse con moléculas complejas de orgánicos, tanto aromáticos como alifácticos. “La existencia de agua en los asteroides, unido a los componentes orgánicos sugiere que buena parte del agua y de los elementos orgánicos terrestres provienen de asteroides que han chocado con la Tierra. Se trata de los pilares sobre los que se construyó la vida en nuestro planeta”, concluye Licandro.
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