Investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (Estados Unidos) y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) han secuenciado el genoma nuclear de un homínido ancestral de Siberia oriental utilizando ADN extraído de un hueso del dedo.
Los resultados, que se publican en la revista 'Nature', proporcionan evidencias de que no se produjo flujo genético entre estos homininos y los euroasiáticos, aunque el grupo contribuyó con entre el 4 y el 6 por ciento de su material genético a los genomas de los melanesios actuales.
La secuencia mitocondrial del hueso, descubierto en la Cueva Denisova, había sido previamente publicada. El ADN mitocondrial se hereda por vía materna como una unidad única sin recombinación y por ello es objeto de episodios de casualidad como la deriva genética, así como el flujo genético y la selección positiva.
Los científicos, dirigidos por David Reich y Svante Päävo, secuenciaron el genoma nuclear, que constituye decenas de miles de localizaciones en evolución, la mayoría neutrales. Esto permite el análisis de relaciones genéticas que son fuertes ante la aleatoriedad de la deriva genética y que están mucho menos afectadas por la selección positiva.
El grupo al que pertenece este individuo comparte un origen común con los neandertales. Un diente que también se descubrió en la cueva Denisova tiene un genoma mitocondrial similar al del hueso del dedo y una morfología muy diferente de la de neandertales y humanos modernos, lo que indica que los homininos de Denisova son un grupo distinto evolutivamente.
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