Los geólogos planetarios llevan años discutiendo sobre si existen los volcanes de hielo (criovolcanes) en las lunas heladas del Sistema Solar, lo que implicaría algún tipo de actividad geológica subterránea, como sucede con los volcanes terrestres, que escupen rocas y a los que se parecen los observados en la luna Io de Júpiter.
Como sabuesos, los científicos rastrean continuamente los datos enviados por las naves de exploración del Sistema Solar en busca de formaciones sospechosas. El caso más esperanzador hasta la fecha son los volcanes de hielo de agua detectados en la luna Titán de Saturno y analizados en detalle sobre la base de nuevas imágenes de radar de la nave Cassini. En la reunión anual de la American Geophysical Union, en San Francisco , los especialistas del Jet Propulsion Laboratory (JPL) han presentado imágenes de las formaciones de Sotra Facula, dos picos de más de 1.000 metros de altura, con posibles cráteres de los que parecen emanar flujos helados.
El volcanismo es la mejor explicación, aseguran los científicos. "Esta es la prueba mejor, con mucho, de topografía volcánica documentada en un satélite helado", dijo Jeffrey Kargen, especialista en planetas en la Universidad de Arizona. "Es posible que las montañas tengan origen tectónico pero la interpretación de que son volcanes helados es mucho más simple y consistente".
La creación de mapas topográficos e imágenes en 3D de Sotra Facula y el análisis espectrométrico permiten comprobar que los flujos tienen una composición diferente de la de la superficie que rodea los picos. Sin embargo, no hay indicios de actividad geológica. La hipótesis es que esta actividad subterránea derrite parte del interior del satélite y al exterior sale el material mezclado con la capa helada semiderretida.
"Los criovolcanes ayudan a explicar las fuerzas geológicas que esculpen algunos de estos exóticos lugares en nuestro sistema solar", señala Linda Skiller, directora científica de Cassini en el JPL. "En Titán, por ejemplo, explican cómo se reemplaza continuamente el metano en la atmósfera, ya que el Sol descompone constantemente esta molécula".
La enorme cantidad de datos sobre Titán, la mayor luna de Saturno, que ha mandado la Cassini desde que llegó al planeta en 2004 ha permitido saber que este satélite es como un sorbete de hielo de agua mezclado con rocas. Solo los 500 kilómetros superificiales están formados únicamente por hielo. Sin embargo, en la superficie hay una gran variedad de elementos orgánicos y un ciclo de metano en la atmósfera que se refleja en la existencia de lagos y lluvia de este compuesto.
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