Las universidades españolas ocupan el 10º puesto en volumen de producción científica y el 21º en repercusión en cuanto al impacto de la investigación (considerando los campus más activos de los 52 países más productivos del mundo). Así lo señala el segundo Ranking Internacional de Instituciones de Investigación (SIR, en sus siglas en inglés), que ha analizado los 2.789 organismos más importantes del mundo (además de universidades, centros de investigación, fundaciones u hospitales) a través de sus publicaciones científicas (papers).
Así, si se compara la producción científica de España (las universidades producen el 66%, y los demás organismos, el resto) con el volumen total, las posiciones varían ligeramente: novenos por tamaño, 22º por repercusión. Y, aunque eso deja algo mejor parados a los campus, la conclusión es la misma: bien en cantidad, pero mal (o, al menos, mucho peor) en calidad.
En concreto, sobre las universidades españoles SIR señala que investigan mejor en Ciencias Básicas e Ingeniería y fallan en Sociales y Humanidades. Esto es, si el valor 1 es la media de veces que se cita un artículo científico de una universidad en todo el mundo, el 76% de los campus españoles están por encima de la media en Ciencias Básicas, y apenas el 12% en Sociales y Humanidades. Las otras áreas estudiadas son Ciencias de la Salud y Ciencias de la Vida (biología, zoología, etcétera), y los datos se han tomado de la base SCOPUS, la mayor sobre producción científica. En la clasificación general (con la media ponderada de las cuatro áreas), ninguna universidad española está entre las mejores (a partir del índice 1,75 de impacto). Sin embargo, solo el 25% de ellas está por debajo de la media, dato que dibuja un sistema muy homogéneo, sin grandes diferencias, concentrado en mitad de la tabla.
Aparecen en este ranking 51 universidades (una más que en la edición anterior) de las 78 que existen en España: 48 son públicas y tres, privadas. La primera es la Pompeu Fabra de Barcelona, que ha visto bajar ligeramente su índice de impacto respecto a la clasificación anterior: del 1,82 al 1,56. Pero la media general de todas juntas se mantiene en el 1,13. El estudio completo se puede consultar en www.scimagoir.com.

Que la excelencia requiere especialización y, como dice Mas-Colell, cierta concentración de esfuerzos, no es una idea nueva. De hecho, la primera universidad española del listado, la Pompeu Fabra, ni es grande ni tiene un gran volumen de producción, pero destaca especialmente en Economía y Medicina, explica De Moya. Además, hay algunos campus en los primeros puestos españoles de las distintas áreas que, aunque no suelen ser los de más renombre, tienen fortalezas especificas: Córdoba (Endocrinología, Medicina Forense o Patología), Jaume I (Biología Vegetal o Ciencias de los Alimentos), Castilla-La Mancha (Medio Ambiente o Biología Animal), Baleares (Física, Ingeniería Eléctrica o Electrónica), Politécnica de Valencia (Gestión, Negocios o Transportes) o La Laguna (Psicología, Lengua o Lingüística).
Precisamente la especialización, las sinergias entre organismos y la concentración de recursos es lo que premia el proyecto del Gobierno de Campus de Excelencia Internacional. También la ministra de Ciencia, Cristina Garmendia, ha anunciado un reparto de fondos extra junto a menciones de excelencia.
Pero hay distintos modelos y maneras de mejorar, recuerda De Moya. Los países cuyas universidades están más arriba en investigación (EE UU y Reino Unido, en torno o por encima del nivel 2,5) han dejado a muchas otras por el camino (es decir, tienen una dispersión enorme entre las mejores y las peores). Mientras, en otros países como Suiza u Holanda, aunque no tienen universidades en puestos tan altos, sus mejores campus están en torno al nivel 2 de impacto y los peores, un poco por debajo del 1,5.
Publicado en la edición digital de ElPaís.
Publicado en la edición digital de ElPaís.
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