13 nov 2010

Los gatos se sirven de la gravedad y la inercia para beber

Los gatos se sirven de las fuerzas físicas de la gravedad y la inercia para beber, según un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Cambridge (Estados Unidos) que se publica en la revista 'Science'.

   Los investigadores explican que los perros dejan caer pesadamente sus lenguas en el agua para hacer que ésta llegue a sus bocas pero los gatos utilizan dos fuerzas físicas, la gravedad y la inercia, para succionar de forma delicada los líquidos con la punta de sus lenguas. 

   De forma muy similar a la trompa de un elefante y los tentáculos de un pulpo, las lenguas de los gatos son muy ágiles dada la carencia de apoyo óseo. Por ello, los descubrimientos podrían proporcionar ideas para la tecnología robótica blanda.

   En el estudio, dirigido por Pedro Reis, los investigadores utilizaron imágenes de alta velocidad para capturar el equilibrio de fuerzas que subyace los lametazos felinos y la mecánica del agua cuando era lamida.
   Según señalan los investigadores, los gatos curvan su lengua hacia atrás de forma  que la parte superior toca ligeramente el líquido. Cuando un gato eleva su lengua de forma rápida, el agua es elevada en una columna de líquido que crece por la inercia. El gato entonces cierra su mandíbula para capturar el líquido antes de que la gravedad descomponga la columna.
   Para hacerse una mejor idea del mecanismo que se encuentra tras estos lametazos, los investigadores realizaron experimentos físicos en los que un disco de cristal situado sobre una superficie de agua (imitando una lengua de gato cuando deja el agua) se desplazaba hacia arriba. Las imágenes de alta velocidad mostraron el agua siendo arrastrada hasta formar una columna, justo como durante los lametazos de los gatos.

   Los experimentos con diferentes velocidades de lamido permitieron a los investigadores cuantificar los papeles competidores de la gravedad y la inercia para fijar una frecuencia óptima en el lamido. 

   Esta secuencia de episodios reveló ciertas peculiaridades sobre la forma de lamer de los gatos, en particular, los investigadores descubrieron que la forma en la que lamen los gatos es en realidad muy diferente a como lo hacen los perros. Otro descubrimiento fue la rapidez en la velocidad a la que los gatos mueven su lengua, casi a un metro por segundo. Esto implica que la tensión superficial del líquido no participa en el lamido, que se ve dominado por las fuerzas de la inercia y la gravedad. 

   Los autores también descubrieron que podían utilizar el equilibrio de inercia y gravedad para predecir la rapidez de lamido de un gato. Los científicos evaluaron esta hipótesis midiendo la frecuencia de lamido en ocho especies de felinos a partir de vídeos del Zoo de Nueva Inglaterra o de YouTube. En consonancia con su fórmula, los felinos más grandes eran los que lamían de forma más lenta.

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